viernes, 19 de diciembre de 2025

Contra el reloj: El vacío institucional que amenaza la prevención de la tortura en Salta

 ¡Urgente! Salta al borde del colapso: sin concurso YA, el Comité contra la Tortura quedará vacío y las cárceles sin control

Audiencia del CPTS con la Corte de Justicia de Salta, 2025


 19 de diciembre de 2025

Salta se encuentra ante una encrucijada silenciosa pero determinante para la calidad de su democracia. Mientras la sociedad debate sobre seguridad y justicia, el organismo encargado de vigilar que el Estado no viole los derechos humanos en los lugares de encierro se acerca peligrosamente a una parálisis operativa.

El Comité Provincial para la Prevención de la Tortura (CPT), una conquista institucional lograda tras años de lucha y materializada en la Ley 8024, enfrenta hoy su desafío más urgente: no es una inspección carcelaria ni un litigio judicial, sino su propia supervivencia administrativa. Con los mandatos de sus miembros fundadores a punto de expirar en febrero de 2026, la ausencia de un llamado a concurso para renovar sus autoridades enciende todas las alarmas.

Lo que está en juego: Ojos donde nadie mira

Para entender la gravedad de la demora, hay que mirar el retrovisor. Desde su puesta en funcionamiento operativo en 2022, el Comité dejó de ser una oficina burocrática para convertirse en un actor de campo. En los últimos cuatro años, sus integrantes entraron allí donde la mirada pública no llega: comisarías colapsadas y pabellones penitenciarios hacinados.

Sus informes no fueron complacientes. Pusieron en números lo que muchos intuían pero nadie oficializaba: el sistema penitenciario de Salta opera con una sobrepoblación real del 150%. No se limitaron a diagnosticar; gestionaron. Gracias a sus habeas corpus correctivos y litigios estratégicos, se lograron avances tangibles, como la apertura de consultorios de salud en el penal de Villa Las Rosas y la visibilización de la crisis específica que atraviesan las mujeres privadas de su libertad, cuya tasa de encarcelamiento creció un 41% en la Alcaidía de la Capital.

El Comité funcionó como el contrapeso necesario en un sistema que, sin control, tiende naturalmente al abuso.

La inercia burocrática como riesgo político

Sin embargo, la institucionalidad es frágil. A días de terminar el 2025, la situación es crítica. La Mesa de Derechos Humanos de Salta ya ha advertido sobre el riesgo inminente de acefalía. Los procesos de concurso público para designar a los nuevos comisionados —quienes deben representar tanto a la sociedad civil como al Estado— requieren tiempos administrativos que hoy ya no tenemos.

La designación reciente de un nuevo comisionado por el Senado y el llamado a concurso para la Secretaría Ejecutiva en julio de este año son pasos necesarios, pero insuficientes si la cúpula directiva queda vacante. Si el Gobierno no acelera los plazos para la renovación total, en menos de sesenta días Salta podría tener un Comité "de papel": existente en la ley, pero vacío en la práctica.

Una política de Estado, no de Gobierno

La prevención de la tortura y los tratos inhumanos no puede depender de los tiempos electorales ni de la voluntad política de turno; es un compromiso internacional y una obligación constitucional.

Dejar caer al Comité en un limbo administrativo no solo sería un retroceso burocrático, sería un mensaje peligroso: que la vigilancia sobre el poder punitivo del Estado es prescindible. La renovación de autoridades no es un trámite; es la garantía de que, en 2026, alguien seguirá vigilando a quienes nos vigilan. El reloj corre y el tiempo para evitar el vacío institucional se agota.

Contra el reloj: El vacío institucional que amenaza la prevención de la tortura en Salta

  ¡Urgente! Salta al borde del colapso: sin concurso YA, el Comité contra la Tortura quedará vacío y las cárceles sin control Audiencia del ...